viernes, 12 de marzo de 2021

jueves, 18 de febrero de 2021

Carta Pastoral de nuestro Obispo, P. Luis Ángel de las Heras, con motivo del inicio de la Cuaresma.

 






CAMINO CUARESMAL A BUEN PASO DE ESPERANZA

Queridos hermanos y hermanas:

El 17 de febrero es miércoles de ceniza. A partir de ese día emprenderemos un camino hacia Jerusalén que os invito a recorrer poniendo manos, mente y corazón en cada paso hasta celebrar el triduo pascual cuando se inaugure el mes de abril. Lo haremos desde las circunstancias personales y sociales que cada uno y como Iglesia atravesamos. La pandemia del COVID-19 y sus consecuencias fraguan una losa pesada que produce miedo, hastío, crispación, inseguridad, soledad, pobreza, tristeza… Los tratamientos médicos todavía incipientes y las vacunas —debemos exigir que se dispensen al mundo entero sin ser objeto de lucro a costa de vidas humanas— aparecen como pabilo vacilante al que nos aferramos.

Para sobrellevar la carga de esta situación que todavía se vislumbra duradera, los cristianos contamos con el auxilio de la fe, la esperanza y la caridad. El papa Francisco nos invita a renovarlas durante la Cuaresma en su mensaje de este año. La fe —dice el Papa— nos llama a acoger y vivir la Verdad que se manifestó en Jesucristo. La esperanza es “agua viva” que nos permite caminar en un tiempo litúrgico que está hecho para esperar, volviendo a dirigir la mirada a la paciencia de Dios que nos sigue cuidando, afirma el pontífice. La caridad la señala Francisco como la expresión más alta de nuestra fe y nuestra esperanza, aquella que nos hace salir de nosotros mismos y suscita cooperación y comunión. Os invito a leer y meditar el profundo mensaje cuaresmal del Santo Padre.

Por mi parte, en el contexto que nos envuelve y he descrito muy brevemente, os animo a ir hacia Jerusalén a buen paso de esperanza, haciendo avanzar con ella la fe y la caridad. La esperanza es una profecía cristiana imprescindible en estos tiempos, antes, durante y tras esta pandemia. Esperamos la vida abundante seguros de que «Él no olvida jamás al pobre, ni la esperanza del humilde perecerá» (Sal 9,19). El anuncio de la pasión y muerte de Jesús lo es también de la resurrección. La palabra definitiva no la tienen el sufrimiento y la aniquilación, sino la victoria sobre el mal, el dolor y la muerte (cf. 1Cor 15,26). Este es el anuncio y la razón de nuestra esperanza.

Caminemos hacia la Pascua vueltos los ojos a la misericordia paciente de Dios, que cuida la Creación entera y nos convierte en “cuidadores fraternos”, igual que nos reconcilia y nos hace propagadores del perdón entre hermanos que es esperanza de fraternidad.

Transitemos la Cuaresma con las alforjas de la oración, el ayuno y la limosna. Una oración en la que nos encontremos con el Señor y con los hermanos, contemplándolos con los ojos de Dios, albergando esperanza para ellos y pidiendo lo que necesiten y les beneficie. Un ayuno que sea como el que Dios prefiere: soltar cadenas injustas y amar a los hermanos sin desentenderse de ninguno, sino dándoles gratis lo que precisen por amor. Una limosna, alforja siempre vacía y siempre llena, que dirija el amor especialmente a la persona herida.

Como nos sugiere el papa Francisco en Fratelli tutti (cf. 223) y en su mensaje cuaresmal, adoptemos un estado de ánimo que no sea áspero, sino afable, suave, que sostenga y conforte a los hermanos para sobrellevar mejor esta y cualquier situación. Ayunemos de lo que hiere, humilla, entristece o irrita a los demás. Seamos magnánimos en palabras y gestos amables que alienten, reconforten, fortalezcan, consuelen y estimulen a recorrer la vereda cuaresmal con hambre de resurrección: con hambre de Cristo vivo, que es nuestro amor y nuestra esperanza.

+ Luis Ángel, CMF

Obispo de León

jueves, 22 de octubre de 2020

Saludo nuevo Obispo de León


 

EL ADMINISTRADOR DIOCESANO DE MONDOÑEDO-FERROL OBISPO ELECTO DE LEÓN SALUDO A LA DIÓCESIS DE LEÓN

 Ferrol, 21 de octubre de 2020 

Queridos hermanos y hermanas, peregrinos de la fe cristiana en la Iglesia particular de León, diócesis de san Froilán: 

Un saludo fraterno y cordial en el Señor Jesús en este momento en el que se anuncia que el Santo Padre se ha dignado nombrarme Obispo de León. Agradezco al Papa Francisco su confianza para enviarme a acompañaros pastoralmente después de cuatro años y medio en la diócesis hermana de Mondoñedo-Ferrol. Respondo con humildad, dispuesto a entregarme sin reservas, como pastor discípulo misionero de Jesús. Renuevo mi adhesión y afecto al sucesor de Pedro, rogando que oréis por él, como nos pide siempre, y también por mí para que sea fecundo mi servicio entre vosotros. Como mi insigne predecesor de feliz memoria, el Cardenal Fernando Sebastián, cmf, q.e.p.d., Obispo de León desde 1979 hasta 1983, soy Misionero Claretiano, hijo del Corazón de María. A Ella, madre de corazón abierto y acogedor, Virgen del Camino, encomiendo este ministerio pastoral. Vivimos un tiempo complejo lleno de sufrimiento, que necesita cuidado, luz, unidad, paciencia y esperanza en medio de la pandemia del COVID-19, con un aumento de la incidencia en León desde las pasadas semanas. Elevo mi plegaria esperanzada por los fallecidos, por sus familiares, por los enfermos y cuidadores, por los profesionales de la salud y por cuantos combaten esta epidemia y sus graves consecuencias, que incrementan problemas anteriores. Nuestra oración, nuestro cariño y nuestro compromiso se dirigen a ellos para estar cerca de quien sufre y lucha por sobrevivir. Del mismo modo, tengo presentes a otros enfermos, personas y familias que sufren por el paro, la cárcel, la migración, la discapacidad, la soledad, el abandono, la droga y a cuantos son víctimas de cualquier daño. Hago mío su sufrimiento y abrazo a cuantos necesitan la mano de una persona amiga. Se me ha confiado la misión de ser testigo de la alegría y de la esperanza para todos y quiero estar cerca de los más vulnerables y necesitados. Necesito ayuda para conseguirlo. Apaciéntame, Señor; apacienta Tú conmigo — Pasceme, Domine. Pasce mecum Quiero saludar con especial afecto a D. Julián López Martín, vuestro Obispo durante estos últimos dieciocho años. Le agradezco su fraternal y gozosa acogida cuando conoció mi nombramiento, así como sus palabras de afecto y admiración sobre vosotros. Su ministerio episcopal, con su serenidad, entrega y desvelos, es una antorcha encendida que recibo con sumo respeto, gratitud y confianza en el Buen Pastor. Por supuesto, aquí tiene siempre su casa. Junto a él, dirijo un cordial saludo de presentación al Colegio de Consultores y al Cabildo Catedral. Saludo fraternalmente al Sr. Arzobispo de Oviedo, D. Jesús Sanz, OFM, al Sr. Obispo de Santander, D. Manuel Sánchez, mi predecesor en Mondoñedo-Ferrol y al Sr. Obispo de Astorga, D. Jesús Fernández, natural de esta diócesis de León, desde donde, siendo Vicario general, fue elegido Obispo auxiliar de Santiago de Compostela. Saludo con entrañable afecto a los sacerdotes y diáconos, en especial a los enfermos y jubilados. Cuento con vuestra oración y colaboración, imprescindibles para mí. También yo os encomiendo al Buen Pastor para que os conceda ser cada día mejores pastores según el corazón de Dios (cf. Jer 3,15). Él avivará entre nosotros la llama de la comunión para la misión desde la fraternidad sacramental que nos une. Saludo a los rectores, formadores, directores espirituales y seminaristas del Seminario Conciliar de San Froilán y del Seminario Redemptoris Mater “Virgen del Camino”. Pido al Señor que seáis comunidades de discípulos misioneros de Jesús en las que cada uno crezca con corazón de pastor, para entregaros dando vida y esperanza en medio del Pueblo de Dios. Saludo con afecto a las personas consagradas de vida contemplativa y activa. León, con su riqueza de vocaciones consagradas, es encrucijada desde donde se afrontan con valentía los desafíos de la realidad y la misión de la vida consagrada en estos tiempos. Oramos al Señor para que siga embelleciendo esta Iglesia con la variedad de carismas y con el inestimable testimonio de cuantos siguen a Jesús viviendo el espíritu de las bienaventuranzas y entregándose al servicio desinteresado de todos, especialmente de los más débiles. Saludo con admiración y cariño a los matrimonios y a las familias, un bien precioso de la humanidad. A los padres con todo su coraje, a los niños, alegría de cada hogar y de la sociedad, a los jóvenes que tienen visiones esperanzadas y a los ancianos, que sueñan sueños de sabiduría. Un saludo cordial a quienes formáis las asociaciones de fieles, los movimientos apostólicos y las cofradías; a los catequistas, a los voluntarios, a todos los agentes pastorales, a los amigos del Camino de Santiago y a cada una de las personas del resto del Pueblo de Dios que peregrina en León. Dirijo un saludo respetuoso a las autoridades civiles, militares, judiciales, académicas y a los agentes sociales, así como a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, creyentes o no creyentes. Tiendo mi mano amistosa dispuesto al diálogo, desde el respeto y la clara identidad de cada uno, para buscar el bien común. Apaciéntame, Señor; apacienta Tú conmigo — Pasceme, Domine. Pasce mecum Por supuesto, mi saludo y reconocimiento a los profesionales de los medios de comunicación que nos ayudan a sentirnos unidos y conectados, transmitiendo buenas noticias en medio de las serias dificultades de estos tiempos. Me pongo al servicio de todos, siguiendo las huellas de Cristo, el Buen Pastor y Buen Samaritano. Sin excluir a nadie, espero que la senda del seguimiento me lleve siempre a la casa de los pobres, los crucificados de este mundo, los predilectos del Padre, a quienes no podemos defraudar. Una nube de testigos, hombres y mujeres de Dios, peregrinan en León por los caminos de la fe cristiana desde el siglo III. Continuamos la senda agradecidos al Señor y a su Iglesia, que nos brindan ocasiones singulares, como el Año Especial Laudato Si’ y el próximo Año Santo Compostelano, para renovar nuestros pasos de discípulos misioneros de Jesús, hermanos todos, y proclamar las profecías de la hospitalidad, la fraternidad, la amistad social y la esperanza. Con estos horizontes preparo el inicio del ministerio pastoral en León el próximo 19 de diciembre, Dios mediante. Pongo por intercesor de esta misión a san Froilán, hombre consagrado al Señor, eremita y pastor al servicio de la Iglesia y de la predicación evangélica. Igualmente, a san Antonio María Claret, Misionero Obispo, incansable evangelizador, perseguido por causa de la justicia. Confiemos a la Virgen del Camino nuestros gozos y preocupaciones, para que los acoja en su Corazón maternal y aprendamos cómo llenar las tinajas de agua poniendo la esperanza en el vino nuevo del Reino de Dios. Contad con mi oración y orad por mí para que llegue a ser el pastor que la Iglesia particular de León y la Iglesia Católica universal necesitan. Recibid un abrazo fraterno de comunión y la bendición del Señor.


 + Luis Ángel de las Heras Berzal, CMF 

Administrador Diocesano de Mondoñedo-Ferrol 

Obispo electo de León

miércoles, 21 de octubre de 2020

CARTA A LA DIÓCESIS LEGIONENSE

 




León, 21 de octubre de 2020

Queridos diocesanos:
En el día de la fecha se hace pública la aceptación de mi renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de León en virtud del canon 401,1 del Código de Derecho Canónico, presentada a Su Santidad el Papa Francisco, así como la designación de mi sucesor en esta diócesis en la persona de S.E.R. Mons. Luis Angel de las Heras, CMF, obispo de Mondoñedo-Ferrol, según comunicación oficial de la Nunciatura Apostólica N. 1.701/20 del pasado día 5 de octubre.

Con este motivo me cabe el honor y la satisfacción de manifestar, en primer término, mi gratitud hacia Su Santidad el Papa Francisco, así como al Excelentísimo Señor Nuncio Apostólico en España, S.E.R. Bernardito Auza, al haber sido aceptada mi petición y al haberse resuelto en tan breve tiempo la designación de mi sucesor en la diócesis. No olvido tampoco que fui nombrado obispo, de Ciudad Rodrigo en 1994 y de León en 2002, por el papa San Juan Pablo II al que me encomiendo a la vez que invoco la intercesión de la Santísima Virgen del Camino y de San Froilán para esta nueva etapa de mi vida y ministerio.
Efectivamente y como expresión de fidelidad y obediencia hacia el Sucesor de Pedro, presenté mi renuncia según el canon 401,1 en abril pasado al cumplir los 75 años. Ahora la hago pública aceptando sincera y gratamente el oficio canónico de Administrador Apostólico de la diócesis de León, que ha de prolongarse hasta la toma de posesión del nuevo Obispo.

Comprenderéis que en estos momentos se agolpan en mi memoria infinidad de recuerdos y de vivencias junto a todos vosotros, los fieles cristianos miembros del pueblo de Dios de las parroquias y de las asociaciones laicales de la diócesis, los sacerdotes y diáconos, los miembros de los Institutos de Vida Consagrada, los alumnos de nuestros Seminarios de San Froilán y Redemptoris Mater “Virgen del Camino”, los niños y niñas, los jóvenes, los adultos y las personas mayores y los enfermos. Quiero también expresar mi gratitud a las autoridades y representantes de las instituciones civiles, militares y culturales de la capital y provincia de León y de la comunidad autónoma por la colaboración que prestan a nuestra Iglesia diocesana y por las atenciones que han tenido conmigo.

Tengo presentes también en mi afectuoso recuerdo a los leoneses, ellos y ellas, que por razones de trabajo o de otra índole se encuentran lejos de su tierra. Mi recuerdo y mi afecto quieren hacerse especialmente cercanos a los enfermos, particularmente a los afectados por la pandemia del COVID-19; a quienes están en el paro, a los niños y jóvenes, a los mayores que van quedando en nuestros pueblos y en la capital.
“León es mucho León”, decía mi padre en los años en que vivió y disfrutó aquí gracias a Dios y a los amigos que hizo. Lo mismo pienso yo, fijándome no solo en la Santa Iglesia Catedral, tan celebrada y admirada, sino también y muy especialmente en las piedras vivas, es decir, en todos vosotros. La Real Colegiata de San Isidoro con su culto eucarístico permanente y la hoy Basílica y santuario de la “Reina y Madre del pueblo leonés” encabezan también el conjunto de iglesias parroquiales y conventuales y las incontables ermitas diseminadas por toda la diócesis.

Una de mis mayores satisfacciones en León ha sido la Visita pastoral a las parroquias, que he realizado completa dos veces. He terminado la segunda el pasado domingo, 18 de octubre, visitando el pueblo de Roales de Campos, que es un enclave de la provincia de Valladolid en la comarca zamorana de Tierra de Campos pero que forma parte de la diócesis de León. En mi agenda y en el Boletín Oficial del Obispado de León y, por supuesto, en los libros parroquiales de todas y cada una de las parroquias, figuran las referencias a las visitas pastorales realizadas. No quiero dejar de recordar a los misioneros leoneses, ellos y ellas, repartidos por todo el mundo. Entre mis recuerdos más gratos de estos años está la participación en Lima (Perú) en los actos del IV Centenario de la muerte Santo Toribio de Mogrovejo, el Patrono del Episcopado Latinoamericano (año 2006).

Cuando contemplo los tomos del Boletín de la Diócesis de León correspondientes a los años de mi ministerio pastoral -el primero corresponde al año 2002 debiendo completarse aún el de 2020- no puedo por menos de experimentar sentimientos encontrados: el asombro ante el itinerario de la Iglesia local y su reflejo en proyectos y cartas pastorales, estudios, crónicas diocesanas, etc.; y la preocupación ante la realidad religiosa diocesana, parroquial y de los grupos y movimientos, muy condicionada hoy por factores sociológicos y culturales. Pero detrás de lo que se percibe se va realizando otra historia, o mejor dicho, la intrahistoria real pero asequible solamente a la mirada de la fe y de la esperanza.

Queridos diocesanos: Al llegar a este punto de la carta me doy cuenta de que me he salido del propósito inicial que era dar las gracias sencillamente y pedir comprensión y perdón por mis fallos. He pasado de la confidencia de la intrahistoria al terreno de la memoria y de los hechos externos. Espero que me disculpéis y que recéis por mí pues lo necesito. Invoco sobre todos la bendición del Señor y la protección de la Reina y Madre del pueblo leonés.


+Julián, Obispo de León


DAMOS NUESTRA MAS CORDIAL BIENVENIDA A SU NUEVA ENCOMIENDA PASTORAL AL NUEVO OBISPO DE LEÓN

 



Ángel de las Heras Berzal C.M.F. obispo de León. Así lo ha comunicado la Nunciatura Apostólica en España a la Conferencia Episcopal Española. Mons. de las Heras es actualmente obispo de Mondoñedo - Ferrol

 



Monseñor Luis Ángel de las Heras Berzal, Obispo de Mondoñedo-Ferrol desde 2016

 

 

Mons. Luis Ángel de las Heras, CMF, nació en Segovia el 14 de junio de 1963. A los 14 años ingresó en el seminario menor de los claretianos de Segovia. En 1981 comenzó el año de noviciado en Los Negrales (Madrid), donde hizo su primera profesión el 8 de septiembre de 1982. Este mismo año inició los estudios filosófico-teológicos en el Estudio Teológico Claretiano de Colmenar Viejo, en Madrid, (afiliado a la Universidad Pontificia Comillas). Emitió la profesión perpetua el 26 de abril de 1986, año en que concluye la Licenciatura en Estudios Eclesiásticos. Al concluir la formación inicial, fue destinado al Equipo de Pastoral Juvenil de la provincia claretiana de Castilla, a la vez que cursó estudios de Licenciatura en Ciencias de la Educación en la Universidad Pontificia Comillas. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de octubre de 1988.

 

Inició su ministerio sacerdotal, en 1989, en las parroquias que los claretianos tienen encomendadas en el barrio madrileño de Puente de Vallecas (Santo Ángel de la Guarda y Nuestra Señora de la Aurora). Un año más tarde, en 1990, con otros claretianos y algunos laicos de la Parroquia, fundó la Asociación “Proyecto Aurora” (dedicada a la atención y acogida de drogodependientes en coordinación con “Proyecto Hombre”) y la dirigió durante seis años. Participó también durante 9 años en la animación de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) de la antigua provincia claretiana de Castilla.

 

En septiembre de 1995 es nombrado auxiliar del prefecto de Estudiantes en el Seminario de Colmenar Viejo. Después fue formador de postulantes, superior y maestro de novicios en Los Negrales (Madrid). En Colmenar Viejo ejerce también como consultor, vicario provincial y prefecto de los seminaristas Mayores. En la Confederación Claretiana de Aragón, Castilla y León fue delegado de formación del Superior de la Confederación, de 2004 a 2007. Este último año fue elegido prefecto de Espiritualidad y Formación de la Provincia claretiana de Santiago. Durante el sexenio 2007-2012 fue también vicario provincial y prefecto de Estudiantes y Postulantes en Colmenar Viejo, así como profesor en el Instituto Teológico de Vida Religiosa y en la Escuela Regina Apostolorum de Madrid.

 

El 31 de diciembre 2012 fue elegido Superior Provincial de los Misioneros Claretianos de la Provincia de Santiago. El 13 de noviembre de 2013 presidente de CONFER.

 

El 16 de marzo de 2016 se hace público su nombramiento como obispo de Mondoñedo-Ferrol y toma posesión de la diócesis el día 7 de mayo de 2016.






Otros datos de interés

 

En la Conferencia Episcopal Española es actualmente presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada desde marzo de 2020, Comisión a la que se incorporó en la Plenaria de noviembre de 2016. Asimismo, es miembro de la Comisión Permanente de la CEE. al que damos nuestra más cordial bienvenida a su nueva encomienda pastoral.

 

 


Mons. Julián López Martín, Obispo de León desde 2002

 

 

Nace en Toro (Zamora) el 21 de abril de l945. Estudió en el Seminario Diocesano de Zamora y en el P. Instituto de San Anselmo de Roma, donde obtuvo el doctorado en Teología Litúrgica en 1975, como alumno del P. Colegio Español y del Centro Español de Estudios Eclesiásticos anexo a la Iglesia Nacional Española de Roma.

 

Recibió la ordenación sacerdotal en Zamora el 30 de junio de 1.968.

 

Cargos pastorales

 

Fue coadjutor de Villarín de Campos y cura ecónomo de Otero de Sariegos (1968-1970), coadjutor de la parroquia de Cristo Rey en Zamora (1973-1989) y, desde 1978, canónigo Prefecto de Sagrada Liturgia de la Catedral de Zamora y delegado diocesano de Pastoral Litúrgica, miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores desde 1984.

 

Ha sido también consiliario diocesano del Movimiento Familiar Cristiano (1976-1986) y consiliario de la Zona Noroeste de este Movimiento (1980-1983). Profesor de Religión en el Instituto “Claudio Moyano” (1975-1976) y en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado en Zamora (1981-1983).

 

Ha sido director del Centro Teológico Diocesano “San Ildefonso” y de la Cátedra “Juan Pablo II” (1984-1992); delegado diocesano para el IV Centenario de la Muerte de Santa Teresa de Jesús (1980-1982); Año de la Redención (1983-1984); Año Mariano Universal (1987-1988); V Centenario (1992) y Congreso Eucarístico de Sevilla (1993).

 

Profesor de Liturgia y Sacramentos de la Universidad Pontificia de Salamanca (1975-1981 y 1988-1994), ha sido también Presidente de la Asociación Española de Profesores de Liturgia (1992-1995), habiendo impartido clases en las Facultades de Teología de Burgos (1977-1988) y de Barcelona (1984-1989).

 

 

El 15 de julio de 1994 fue nombrado Obispo de Ciudad Rodrigo por el Papa Juan Pablo II, tomando posesión el 25 de agosto del mismo año. Cargo que desempeñó hasta su nombramiento como Obispo de León el día 19 de marzo de 2002, tomando posesión el 28 de abril.

 

El 6 de julio de 2010 Benedicto XVI le nombró miembro de la congregación para el Culto Divino de la Santa Sede.

 





Otros datos de interés

 

En la CEE es miembro de la Comisión Episcopal para la Liturgia desde marzo de 2020. Era presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia desde marzo de 2014, después de ser reelegido para el cargo el 14 de marzo de 2017. Había presidido ya está Comisión de 2002 a 2011.

 

Con anterioridad había sido miembro de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, de 1996 a 1999, y de Liturgia, de 1993 a 2002 y de 2011 a 2014.

domingo, 2 de agosto de 2020

NOMBRAMIENTOS 2020 2021

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NOMBRAMIENTOS 2020 2021:


o   Dª. Mariló Manso, como Juez.

 

o   D. Diego Huerga, como Mayordomo.

 

o   Dª. María Elena Manso, como Andador.

 

o   D. José Luis Domínguez, como Tesorero.

 

o   D. Jesús Manuel Cedeira Costales, como Asesor administrativo. (Temporal).

 

o   Rvdo. Sr. D. Matías Bayón Blanco, Párroco de Valderas, Administrador de Campazas, Quintanilla del Molar, Valdefuentes. como Capellán, consiliario y asesor espiritual.


miércoles, 29 de julio de 2020

Asamblea General Extraordinaria 2020





De acuerdo con nuestro Juez, el Sr. D. Jesús Manuel Cedeira Costales, se convoca, a todos los Hermanos Cofrades de la Cofradía Santísimo Cristo de la Vera Cruz de Campazas a la Asamblea General Extraordinaria, que tendrá lugar en única convocatoria el sábado 1 de agosto de 2020 a las 19:00 horas, en la ermita.

En acto y culto privado (solo hermanos del cristo) rezaremos el rosario por nuestro hermano fallecido Ramón Cadenas y que en su dia quedo pendiente de realización será el mismo sábado 1 de agosto de 2020 a las 18:00 horas, en la ermita, previo a la Asamblea General Extraordinaria. 

En dicho rosario también rezaremos por todos los fallecidos a causa de la pandemia y durante la pandemia.

domingo, 3 de mayo de 2020

FIESTA DE SANTA CRUZ CAMPAZAS 2022